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El tratamiento facial equilibrante es un procedimiento diseñado para restaurar el equilibrio natural de la piel, especialmente en personas con pieles mixtas o grasas, aunque también es útil para pieles sensibles o desequilibradas.
El objetivo del tratamiento es controlar el exceso de grasa en las zonas más oleosas (como frente, nariz y mentón) y, al mismo tiempo, proporcionar la hidratación adecuada en las áreas secas, logrando así un cutis uniforme y saludable.
En definitiva, ayuda a mantener el cutis limpio, fresco y con un aspecto saludable, al mismo tiempo que previene imperfecciones y mejora la textura general de la piel.
